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Hojas de verano

Hojas de verano Una hoja desnuda, caída en el suelo, no deja de ser una hoja, aquí o en París. La hoja seca, juguete del viento, contiene en su pequeñez toda la ciudad, toda la provincia, todos los otoños de todas las geografías. El verano tiene más colores que el otoño, pero están concentrados, como si temiesen la dispersión. El verano es un tomate rojo, dulce, carnoso, una invitación a los sentidos. El verano es una mujer o un hombre, que recogidos en sí mismos, caminan sobre la arena lentamente, sin prisa, y luego se sumergen en el mar, en el imaginario de su amor y en el real del Cantábrico. El verano es una flor amarilla que va de abeja en abeja, como el deseo. El verano es un limón que hace su nido en los labios de los amantes. El verano es un pájaro que persigue a los aviones, tomándolos por iguales. El verano es arena en los dedos, con la que vamos moldeando nuestros sueños y esperanzas, nuestras alegrías y tristezas. El verano es una nube que pasa de largo y veloz en dirección al otoño, que es un apeadero de vientos y suspiros. El verano es una ballena amarilla, que aparece y desaparece en el frenético oleaje de la memoria. El verano es una manzana que sueña que es un árbol, vestido para el baile nupcial; una mariposa que escribe con sus alas frases de amor. El verano es un vino que embriaga lentamente; una canción sin letra susurrada al oído en una terraza de playa. El verano es una hoja que mira al futuro con ojos de luciérnaga, que ría de día y tiembla de noche, aquí o en París.

FELIPE JUARISTI

1 comentario

V. B. -

Temo la llegada de éste verano. El poema me ha dejado sin respiración, para bien o para mal, no se.