Freewolf: A veces miro el piano y prefiero no mirarlo. Sólo me impulsa abrir su tapa, sentarme y tocarlo, porque lo siento gemelo, abrirlo y acariciar sus teclas igual que lo haría con un árbol, una flor, una nube... Es de adorno si no lo toco, no existe sin el roce de las manos porque no suena. Me encanta pasearme por su superficie.
Los dedos, entendidos en sus notas, resquebrajan la nívea calma con sistémicos roces. Sus suspiros inundan la estancia del inmarcesible aliento. Y entre los recónditos anhelos, atendiendo a tu mirada, la armonía salta a una nueva página...
2 comentarios
buho -
Es de adorno si no lo toco, no existe sin el roce de las manos porque no suena. Me encanta pasearme por su superficie.
FreeWolf -
Sus suspiros inundan la estancia del inmarcesible aliento.
Y entre los recónditos anhelos, atendiendo a tu mirada, la armonía salta a una nueva página...
;-)