CARÁMBANOS DE HIELO
Recibida la esencia blanca sobre el tejado
encontró en la bajada, relajado suspiro,
entre tejas rojas y chimeneas humeantes
aposentó su ente en forma de manto.
Al poco la volcó el calor, en agua derretida,
deshaciéndose estrelladas hasta entonces unidas,
gota tras gota, por la pendiente caían
transparencias de nieve que acuosas morían.
Mas habiendo dolor en la finitud,
decidieron no desaparecer del todo
retomando con nueva imagen en el viento
carámbanos colgantes de punzante hielo.
Estalactitas por la noche de frío formadas,
en puntas finalizan aristas cortantes,
colocadas en fila bajo el agradecido alero,
cristales helados sobre el congelado suelo.