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buho

SIN MAS

SIN MAS Estaba creando el artículo anterior y me distrajeron los trinos de los pájaros.

Miré por la ventana y allí estaban dos gorriones. Una cría y su progenitor. El pequeño con el plumón blanco todavía en su pecho solicitaba sustento piando, exigiendo una miga del trozo de pan que estaba en el suelo. Movía sus alitas persiguiendo a su madre a través de todo el balcón. De vez en cuando ella se agachaba y ofrecía ese cachito que a su hijo le parecía el más exquisito manjar y que le hacía abrir la boca desesperado a fin de tragar la comida.

Dos gorriones, nada más.... dos gorriones.

4 comentarios

Anonimo -

A mi tambien me gusta revolcarme...en la cama

buho -

La verdad es que son preciosos, esos pequeñitos. Cuando se revuelcan en la tierra sería capaz de estar horas mirándolos.

Corazòn... -

Muchiiisimas gracias por el enlace... Yo tambièn te pongo entre mis lecturas favoritas...Muackisss

;o)

Corazòn... -

Q bonito!!! de vdd q me imagine esos dos gorriones, es q muchas veces los he observado y te causan ternura. Saludos y besos.
;o)