LA JOVEN DE LA PERLA
He repasado hace poco un libro que leí el verano pasado y que debido a mi afición por la pintura, me pareció fascinante. La joven de la perla. No por el título del cuadro, ni por el cuadro en si, sino por el tratamiento que le dan al mundo de los matices, del color, de la ensoñación del artista por pintar lo bello, machacado en ocasiones por la necesidad de vender alguno para poder subsistir.
Poco tiempo después ví la película que se presentó en el Festival de cine de San Sebastián. No pensaba que iba a gustarme tanto. Normalmente cuando leo un libro me adentro en las situaciones para poder captar mejor la esencia del mismo y pasa que cuando lo llevan al cine las imágenes, los momentos, no consiguen captar esa magia que me surge al interpretar como pueden ser los lugares, los olores, los tactos. Pero esta película me llegó dentro, muy dentro.
Para mí fue como soñar despierta. La trama narra la historia de una criada que va a servir a la casa del pintor holandés Johannes Vermeer, de lo que sucede en aquel lugar y de la marcha de Griet, así se llama la joven.
Los ambientes son exquisitos, como si se reflejarán en un cuadro, situaciones, lugares, deseos, sentimientos que se pueden palpar en el aire, angustias, miedos, alegrias.
Agradaba la delicadeza que se derrochaba en el estudio del pintor, asustaba el tenebrismo de la bodega donde dormía la joven, inquietaba la manera en que tenían de tratarla la mujer, la suegra y alguna hija del pintor...No sé, no pararía de definir los recuerdos que me viene cada vez que cierro los ojos.
Sensaciones y muy buenas, en el estudio, sobre todo en el estudio. Para mí el tramiento de la luz fue primordial, y muy acertados comentarios, por decir alguno: sobre el color de las nubes, o sobre la técnica para crear los pigmentos.
Para el pintor, fue muy significativo encontrar a una persona que supiese apreciar su trabajo, que no pensase en ganar dinero, o en la fama, sino simplemente en interesarse en sus cuadros, en que le preguntasen y poder expresar porque los realizaba de una manera o de otra. Claro está que a su mujer no le hizo nada de gracia que la relación con la criada fuese tan especial y la joven se tuvo que marchar de la casa.
No puedo dejar de pensar en la luz, esa que penetraba por las ventanas y terminaba pintada en los cuadros, retratada de pigmentos de color. Luz amarilla, suave y nacarada, reflejada en una exquisita perla, en los ojos que tiernos miraban, en el pincel que terminaba escupiéndola en el lienzo que agradecido terminaba repleto de esa energía que da vida.
La luz es belleza, que se refleja en los charcos, en las gotas de rocío sobre la hierba, en el alba y el anochecer. Es poesía. En pintura, es el alma del sueño del pintor. Es contraria a las sombras, pero sin luz no existirían. Es la belleza y la tristeza del ciego. La esperanza del enfermo que la recibe tibiamente postrado en su cama. El encanto del pequeño que la siente con un acceso de llanto y tiritonas.
Luz natural, artificial, reflejo, interior, de estrellas...¿quién da más que la luz?
buho
Poco tiempo después ví la película que se presentó en el Festival de cine de San Sebastián. No pensaba que iba a gustarme tanto. Normalmente cuando leo un libro me adentro en las situaciones para poder captar mejor la esencia del mismo y pasa que cuando lo llevan al cine las imágenes, los momentos, no consiguen captar esa magia que me surge al interpretar como pueden ser los lugares, los olores, los tactos. Pero esta película me llegó dentro, muy dentro.
Para mí fue como soñar despierta. La trama narra la historia de una criada que va a servir a la casa del pintor holandés Johannes Vermeer, de lo que sucede en aquel lugar y de la marcha de Griet, así se llama la joven.
Los ambientes son exquisitos, como si se reflejarán en un cuadro, situaciones, lugares, deseos, sentimientos que se pueden palpar en el aire, angustias, miedos, alegrias.
Agradaba la delicadeza que se derrochaba en el estudio del pintor, asustaba el tenebrismo de la bodega donde dormía la joven, inquietaba la manera en que tenían de tratarla la mujer, la suegra y alguna hija del pintor...No sé, no pararía de definir los recuerdos que me viene cada vez que cierro los ojos.
Sensaciones y muy buenas, en el estudio, sobre todo en el estudio. Para mí el tramiento de la luz fue primordial, y muy acertados comentarios, por decir alguno: sobre el color de las nubes, o sobre la técnica para crear los pigmentos.
Para el pintor, fue muy significativo encontrar a una persona que supiese apreciar su trabajo, que no pensase en ganar dinero, o en la fama, sino simplemente en interesarse en sus cuadros, en que le preguntasen y poder expresar porque los realizaba de una manera o de otra. Claro está que a su mujer no le hizo nada de gracia que la relación con la criada fuese tan especial y la joven se tuvo que marchar de la casa.
No puedo dejar de pensar en la luz, esa que penetraba por las ventanas y terminaba pintada en los cuadros, retratada de pigmentos de color. Luz amarilla, suave y nacarada, reflejada en una exquisita perla, en los ojos que tiernos miraban, en el pincel que terminaba escupiéndola en el lienzo que agradecido terminaba repleto de esa energía que da vida.
La luz es belleza, que se refleja en los charcos, en las gotas de rocío sobre la hierba, en el alba y el anochecer. Es poesía. En pintura, es el alma del sueño del pintor. Es contraria a las sombras, pero sin luz no existirían. Es la belleza y la tristeza del ciego. La esperanza del enfermo que la recibe tibiamente postrado en su cama. El encanto del pequeño que la siente con un acceso de llanto y tiritonas.
Luz natural, artificial, reflejo, interior, de estrellas...¿quién da más que la luz?
buho
4 comentarios
Corazòn... -
Te extrañaba!!! pero sè que estas muy ocupada, bueno pues deseo que todo vaya muy bien, y leerte pronto!!!
Saludos y besos.
;o)
buho -
Besos.
Agarimo: Tu comentario, muy significativo. La verdad es que se puede apreciar como una estrella, la sonrisa de las personas que te rodean y que expresan con espontaneidad su alegría.
agarimo -
"Vivo atado a tu sonrisa/rayo de luz que amo/y que inunda el paisaje/de tu boca en flor".
Luis Pastor
Corazòn... -
Este escrito es muy bonito, sabes la luz, como lo dices es la esperanza de un nuevo amanecer, la esperanza de toda una vida... sin la luz, sea cual sea el tipo de luz, estamos perdidos.
Besos.
;o)