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buho

Las regaderas

Las regaderas

Llevaba años observándola sin terminar de saber cómo acercarse. Aquella noche aprovechó el ímpetu de Eolo y consiguió acariciar a su amada. Por la mañana, el sol alumbró dos verdes regaderas cuyos cuerpos descansaban en la balconada.

5 comentarios

buho -

Greg: Digamos que realidad adornada de ternura. Imagínate mi cara cuando salí al balcón y me encontré dos regaderas. ¡Hasta que descubrí de donde venía una de ellas!
Besos
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Mariose: Tienen que ser preciosas esas regaderas que pintas, seguro que sí. Me pido una.
Muchos besos
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Trini: Me alegro que te guste. Desde que las ví en el balcón tenía claro que había que escribir algo sobre ellas.
Besos
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Darilea: Si que se encuentra, eso es verdad, donde menos te lo esperas.
Hasta donde ni te lo imaginas.
Besos

Darilea -

Bonito lo que has escrito
como dice Trini quien dice que las regaderas no aman?
Si el amor se encuentra en cualquier rincón por diminuto que sea.
Besitos.

Trini -

Muy bonito, Búho. Un microrelato encantador.
Quién dice que las regaderas no estaban locas de amor??

Un abrazo.

MaRioSe -

"En la balconada! Qué expresión... Je je je! nunca la escuché antes.
Me gustan mucho las regaderas. He pintado varias. Me gustan las metálicas, sobre todo...
Bonito microrelato.

Greg -

Sueño o bizarra realidad, pero indudablemente tierno :-)
Besitos