Las regaderas
Llevaba años observándola sin terminar de saber cómo acercarse. Aquella noche aprovechó el ímpetu de Eolo y consiguió acariciar a su amada. Por la mañana, el sol alumbró dos verdes regaderas cuyos cuerpos descansaban en la balconada.
Llevaba años observándola sin terminar de saber cómo acercarse. Aquella noche aprovechó el ímpetu de Eolo y consiguió acariciar a su amada. Por la mañana, el sol alumbró dos verdes regaderas cuyos cuerpos descansaban en la balconada.
5 comentarios
buho -
Besos
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Mariose: Tienen que ser preciosas esas regaderas que pintas, seguro que sí. Me pido una.
Muchos besos
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Trini: Me alegro que te guste. Desde que las ví en el balcón tenía claro que había que escribir algo sobre ellas.
Besos
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Darilea: Si que se encuentra, eso es verdad, donde menos te lo esperas.
Hasta donde ni te lo imaginas.
Besos
Darilea -
como dice Trini quien dice que las regaderas no aman?
Si el amor se encuentra en cualquier rincón por diminuto que sea.
Besitos.
Trini -
Quién dice que las regaderas no estaban locas de amor??
Un abrazo.
MaRioSe -
Me gustan mucho las regaderas. He pintado varias. Me gustan las metálicas, sobre todo...
Bonito microrelato.
Greg -
Besitos