RETORTIJONES
En aquel viaje tenía un ansia, a pesar de saberlo capaz de realizar en el lugar donde vivía. Quizá era el destino el que, pareciéndole más apropiado, se prestaba a sus anhelos. Cuando llegaron, empezó a degustar ricos albariños y empanadas de zamburiñas.
Fue después del fabuloso paseo por Las Cies, cuando en un pequeño restaurante de Bayona, se deleitó ante una bandeja repleta de langostinos. A los bigotones les acompañaban elegantes cigalas apoyadas sobre carnosos mejillones que escapaban del ácido limón con el que habían bañado las ostras.
-Ya tienes esos ojos- le decía él. Ella le miraba divertida sabiendo a qué se refería. Siempre que había algo que se saliera fuera de lo normal le brillaban los ojitos igual que a los mapaches cuando roban algo. Comieron hasta hartarse y como él tenía que conducir el regreso hasta la casita, ella bebió un poco más de la cuenta.
A la mañana siguiente arrancaron hasta Vigo donde caprichosamente, en la calle denominada La Piedra, abrían ostras ancianas señoras. Otra vez le hicieron chiribitas los ojos, y no paró hasta que consiguió sentarse ante media docena de babosinas. Nuevamente se acercó un albariño a la mesa, junto a un arroz a la marinera, un trozo de rodaballo y una enorme bandeja de pimientos de Padrón, que como cuenta la tradición, “unos pican y otros no”. A ella no le gustaba el picante, pero viendo como él comía sin problemas se decidió a probar uno.
-¡No pica! Y confiada, cogió otro y otro, y otro más. Hasta que sucedió... Al introducir uno de aquellos pequeñines se asemejó la boca bañada en un ácido que hacía arder todo en derredor. La lengua salía y entraba deseando respirar nueva calidez pero era imposible, la comezón era terrible. Pan y agua solucionaron el problema pero la inquieta salsas se atrevió con otro verdor. Terminaron riendo y llorando a la vez, mirándose mientras a uno le picaba más que a otro, los ojos empañados y revueltos entre agua, paladares revoltosos y miga de pan.
Aquella tarde habían quedado con unos amigos que se mostraron dispuestos a enseñarles pequeños retazos de Pontevedra. Les llevaron a visitar el balneario de Mondariz, donde se acercaron al oloroso manantial. Ya hacía una hora que el estómago de ella había comenzado a explayarse con un delicioso revoltijo de sensaciones a las que se le unió un vaso de agua sulfurosa de la borboteante fuente.
A la mañana siguiente, antes de que dieran las ocho, su trasero se apoyaba en una esquina del baño, recordando el poema que había escrito antes de comenzar las vacaciones: "Que me entren retortijones de comer tanto marisco".
Bueno, al marisco, le añadió las ostras, los pimientos y el agua repugnante de Mondariz. Dos días a suero y agua, hasta que se animó a comer una tortilla francesa.
Pero hay que pensar.....Sarna con gusto no pica, pero mortifica.
14 comentarios
buho -
Besos
Brisa -
Besitos
MaRioSe -
Así te imagino, mientras te leo.
Bonita sonrisa
:-)
buho -
Besos
Greg -
¿Te das cuenta que eres premonitoria? Jajaja.
Qué bien darte un rostro, y más cuando viene acompañado de una sonrisa que-no-cabe-en-la-cara y de esos ojitos que "hacen chiribitas" :-P
Besitos
buho -
Y que merecía la pena, ni lo dudes.
Besos
Darilea -
valio la pena no?
besitos.
Anónimo -
buho -
Esa frase, no se, yo la uso mucho.
Besos
....................
Trini: Pues si que soy yo. Disfrute muchísimo en el viaje, con el albariño y con el marisco. Aunque luego pasó lo que pasó...
Besos
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Corazón: Pues bueno, travesura no sé si llamarlo así, un más del vivir del día a día. Cuando nos da la gula nos da y no lo puedes reprimir. Y la frase la uso mucho.
Besos
buho -
Besos
Corazón... -
Sabes? en México decimos; ya lo bailado quién lo quita? ;)
Sin lugar a duda lo has disfrutado y eso es lo único importante que ahora ya solo lo recuerdas como una travesura :)
Un beso Búho preciosa!
;o)
Trini -
Un abrazo
Erik -
procuro comer lo menos raro que puedo, y a pesar de todo acabo inflandome...Gloton aunque me tiene castiagado ya casi de por vida...
Y Mira por donde esa frase del final. Sspera voy a verlo...
Si es la misma la puse anoche en la bitacora de andar optimista.(pero menos)
Besos.
PD. Que tristeza entra cuando uno se encuentra asi....jajaja.
MaRioSe -
¡je je je...! qué ganas de comer marisco, pulpo a la gallega o algo así.... pos voy a por una lata de.... jolín! me parece que como no sea de calamares en salsa americanaaaaaa!!!
¡Ñam, ñam!
;-P