MI FAVORITO
LES COQUELICOTS À ARGENTEUIL
Esta imagen captada en plena naturaleza contrasta con los cuadros que había pintado Monet justo antes, ambientados casi todos en la ciudad. Su apacible tranquilidad refleja el ambiente cálido de un día de verano. Las figuras se funden con el entorno, hasta ser prácticamente engullidas en él. El cuerpo del niño del primer plano casi desaparece entre la maleza, y el vestido de la mujer armoniza con los tonos más oscuros de la hierba de la derecha.
Las figuras difuminadas en un marco campestre son un rasgo muy típico de las escenas naturales de Monet. El artista no creía que la naturaleza estuviera al servicio del hombre sino más bien que el hombre formaba parte del medio natural, de ahí que las personas de este cuadro no constituyan el foco principal de la pintura. Si no fuera porque el plano inclinado de las amapolas guía la mirada del espectador desde el grupo de figuras del primer plano hasta el horizonte, las personas pasarían desapercibidas. Sin duda alguna, la fuerza de esta pintura proviene de las flores.
Pintadas en un estilo que roza la abstracción, las manchas de rojo de las amapolas atraen la mirada del observador, a pesar de que el cielo ocupa casi la mitad del lienzo para transmitir la sensación de que se trata de un aireado día estiva. El azul del cielo contrasta con el rojo de las flores y garantiza que sea el paisaje y no las figuras lo que deje una huella más honda en el espectador.
Vanessa Potts
Esta imagen captada en plena naturaleza contrasta con los cuadros que había pintado Monet justo antes, ambientados casi todos en la ciudad. Su apacible tranquilidad refleja el ambiente cálido de un día de verano. Las figuras se funden con el entorno, hasta ser prácticamente engullidas en él. El cuerpo del niño del primer plano casi desaparece entre la maleza, y el vestido de la mujer armoniza con los tonos más oscuros de la hierba de la derecha.
Las figuras difuminadas en un marco campestre son un rasgo muy típico de las escenas naturales de Monet. El artista no creía que la naturaleza estuviera al servicio del hombre sino más bien que el hombre formaba parte del medio natural, de ahí que las personas de este cuadro no constituyan el foco principal de la pintura. Si no fuera porque el plano inclinado de las amapolas guía la mirada del espectador desde el grupo de figuras del primer plano hasta el horizonte, las personas pasarían desapercibidas. Sin duda alguna, la fuerza de esta pintura proviene de las flores.
Pintadas en un estilo que roza la abstracción, las manchas de rojo de las amapolas atraen la mirada del observador, a pesar de que el cielo ocupa casi la mitad del lienzo para transmitir la sensación de que se trata de un aireado día estiva. El azul del cielo contrasta con el rojo de las flores y garantiza que sea el paisaje y no las figuras lo que deje una huella más honda en el espectador.
Vanessa Potts
7 comentarios
elangeldelasmilvioletas -
rosa o. -
Buho -
Un beso
_Mary_ -
A mi me encanta la pintuta impresionista, no conozco mucho, pero Monet es uno de mis preferidos y esta imagen que colocaste es hermosísima.
Saludos desde México.
buho -
Hace unos años, en una visita que hice a París me llevé una grata sorpresa al visitar un museo. No tenía ni idea de que podría encontrarme con este cuadro. Creo que se escribe D'orsay, el museo, no estoy segura. Fue fantástico poder estar frente al lienzo y contemplar sus colores, recorrer con los ojos su superficie y deleitarme con la escena. En fin, todo un lujo.
Un beso para los dos.
GreGori -
Es como dice Corazón, que es increíble cómo al final nos vamos conociendo.
Besitos
Corazón... -
Y este cuadro es precioso, gracias por la explicación del mismo, me ha permitido comprenderlo.
Un beso y que tengas feliz domingo :)
;o)