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buho

El bastón

El bastón Al final se operó.

El dolor, recalcitrante, le atravesaba y ardía. Pareciera que se proponía derrumbar la existencia, ahora serena, que había conseguido a fuerza de insistencia. Revolvió Roma con Santiago llegando a molestar al traumatólogo que debía de operarle.

Por fin, llegó el día. La operación bien, sin complicaciones. Un corte en el pie, en un costado para escudriñar los interiores del dolor. Una enfermedad de niño le ha hecho vivir con un cuerpo que no acepta en muchas ocasiones.

Todo correcto menos su voluntad. Tenía miedo. El temor a caerse le obligo a quedarse en la cama sin coger las muletas que podían darle alas. Y ya podían decirle que todo dependía de él, daba igual. Con un “no puedo” lo tenía todo hecho.

Hace dos días escuché de sus labios que tenía la moral por los suelos, que se arrepentía de haberse operado cuando antes era su ilusión para volver a recuperar su vida.

El traumatólogo se acercó ayer. Quería que se fuera a casa. No le hacía falta rehabilitación. Él insistió. Quería que le llevasen a algún centro para poder seguir allí la recuperación. Al final consiguió lo que quería.

Llegó la ambulancia y le trasladaron. Cuando entró en el hospital, le cambió la cara. Le metieron en la cama. Mientras yo le sacaba la ropa de la maleta no cesaba de repetirme que no la sacase, que porque la sacaba. Me di cuenta de que no dejaba de mirarme, me buscaba. Llegó el médico el cual me pidió que saliese de la habitación para poder hablar con él.

Salí al pasillo. Recorrí con la mirada las puertas, los accesos y me encontré con lo que él ya había sentido. Me dio la sensación de estar metida en una jaula, de ahogarme con sólo respirar el ambiente que se había instalado allí.... Angustia, una terrible angustia me atenazó el corazón cómo si lo agarrase fuerte y quisiera machacarlo. De un lado a otro del pasillo mis pies se decantaban por un continuo vaivén de movimientos. No pude resistirlo.

Entré en la habitación, interrumpí al médico que molesto salió fuera.

- Aita, mírame a los ojos. Mírame. Te pido la verdad. La verdad, por favor. ¿Quieres irte a casa?
- No quiero estar aquí. Me ahogo.

Pedimos el alta voluntaria.
Cogí el coche, lo monté dentro y lo llevé a casa.

Hoy mi padre ha cogido las muletas y ha dado cinco pequeños paseos por el pasillo. Estoy muy orgullosa de él y de mi misma también. Hice lo que tenía que hacer.

7 comentarios

buho -

Greg: Yo he estado un par de veces ingresada, bueno la última fue muy gratificante: llego Ibon. Pero he pasado dos semanitas yendo y viniendo al hospital y la verdad se ven cosas que no quisieras ver.
Besitos

GreGori -

¡Y tanto que sí! Yo nunca he estado ingresado, así que no puedo comprender qué se vive en un hospital, pero como en casa... me imagino que nada
:-)
Que camine mucho más.
Y tú también.
Besitos

buho -

MNKANTAVIVIR: Si, al final te conviertes en su ayuda. Y encima cuando te la reconocen es muy gratificante.
Un beso.

Mary: En realidad ahora no estaba enfermo, fue una operación programada pero no se que fue peor, la operación o lo que vino después. Por lo menos ya ha pasado el sofocón.
Muchos besos.

Trini: Gracias por tu apoyo. La verdad que pasé un rato difícil porque me quedé en el pasillo sin saber qué hacer. No me hacía más que pasar por la cabeza el comentario del traumatólogo de que no le hacía falta rehabilitación así que me lancé. Todavía no ha salido de casa pero ¡menudos paseos se pega!
Un beso.

Brisa: Fue acertada porque a él le valió de mucho. Me ha reconocido que necesitaba ese empujón así que estoy muy contenta.
Pudé haberme equivocado pero no fue así.
Un beso

Brisa -

Me alegro de que tu padre este mejor, de que supieras tomar una decisión y de que esa decisión fuera la acertada :) Muchos besos para los dos.

Trini -

Hola, este Post me ha hecho llorar, los hospitales son odiosos. Me alegro de que sacaras a tu aita de allí en casa, respirando libertad aunque coartada por el dolor se está mejor. Espero que siga adelante, estoy segura de ello, tu serás su mejor rehabilitación.

Besos a los dos

_Mary_ -

¡¡Buho!!
Amiga... la vida es asì, los papeles se invierten y que serie de sentimientos genera el saber enfermos a nuestros padres, te entiendo, ya pasè por ello, los dos enfermitos al mismo tiempo y se fueron uno despuès del otro, con tres meses de diferencia. Los avances, lo pasos que dan, ¡¡Que triunfo!! y que dicha que Diosito te los permita gozar.
Saludos desde Mèxico.

MNKANTAVIVIR -

te lei, me senti yo...como los papeles se invierten verdad? antes ellos nuestros protectores, nuestros bastiones y ahora nosotros tomamos este papel!!
Que dicha poder regresar lo recibido con creces...
un beso