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buho

"Si retirasemos el orgullo de nuestras mentes, no seríamos humillados"

"Si retirasemos el orgullo de nuestras mentes, no seríamos humillados" La ciudad estaba revuelta. Verano caluroso, Jazzaldia apabullante con fantásticas visitas de variopintos grupos de música nos obligó a recorrer los escasos kilómetros que nos separaban de casa al centro de Donosti.

Llevábamos un buen rato dando vueltas, ante la gran cantidad de circulación a esas horas. Dando vueltas de una manzana a otra. Optando ya a darnos por vencidos e introducir el vehículo en el parking, observamos a escasos metros una luz blanca que comenzó a introducirse al interior de la calzada. Al instante nos paramos detrás del que salía a fin de colocarnos en la misma posición del anterior inquilino del sitio. Sin duda ya podíamos dedicar el resto de la tarde a pasear bajo el cálido sol estival.

De repente, una mujer de unos cuarenta años se coloca delante del coche, impidiendo el paso y haciendo señas de que continúasemos la marcha. Un vehículo que se hallaba parado en el paso de peatones se coloca detrás del nuestro con el intermitente accionado.

Nos miramos, mientras aquella mujer hablando en francés realizaba grandes aspavientos insistiendo en que nos fuéramos del lugar. Le dije a mi pareja que no se moviese. Agarré el móvil y llamé a la Guardia Municipal.

-Estoy en Ramón Mª Lili con el cruce de la calle Usandizaga, obstaculizando la circulación y no pienso moverme de aquí. Están reservando un aparcamiento que no les pertenece.

- Le enviamos un motorista - me contestaron.

A la mujer se le unió su hijo y su pareja, que salió de su coche para increpar a la mía. Éste le dijo que no tenían razón, que no tenían ningun derecho a reservar el sitio de esa manera. Pero, haciendo caso omiso, siguieron obcecados en su sinrazón.

Aparecieron los guardias, obligando a la mujer y a su hijo a retirarse a la acera, y así pudimos dejar el coche en el lugar. Les explicaron que no había lugar a lo realizado, que no era de ley.

Casi terminaron detenidos: Mandaron a tomar por culo, con un elocuente gesto a los municipales y a nosotros mientras seguían despotricando en francés.

La situación no recorrió más trayecto porque no quisimos que así fuera....

4 comentarios

buho -

Gregori: No, no perdí los nervios. Tenía muy claro que los iban a echar de allí. No merecía la pena seguirles el juego. Lo único que queríamos era aparcar.

Besos

Trini: Bueno, tomamos café en un bar de la calle y en cuanto vimos un hueco libre, movimos el coche de sitio, por si acaso...
Besos

Corazón: Yo creo que les duele tanto reconocer que no la tiene que prefieren sacar un orgullo obstinado que al final les hace sentirse más humillados al ver que no pueden hacer nada.

Besos

Corazòn... -

Lo peor de todo es què esa gente obstinada siempre cree tener la razòn :(

Trini -

Hay gente para todo...
Y menos mal que no te dañaron el vehiculo en represalia...

Un abrazo

GreGori -

Iba a decirte primero que me sorprende este tipo de situaciones, pero no me ha hecho falta esperar mucho para recordar mis propios conflictos con el vehículo...
Eso sí, sin haber tenido que llegar nunca a ese extremo. Con avisos de llamar a la Guardia Civil para que viniera, sí, pero en ese momento, fue cuando los ancianos se fueron de nuevo en su coche...
Algunos acaban dándose cuenta que no pueden demostrar tener la razón.
(¿Y no perdisteis los nervios?)