Blogia
buho

LOS GLOBOS

LOS GLOBOS El domingo dieron comienzo las fiestas de San Sebastián. A las siete de la tarde junto al cañonazo de inicio de los festejos se soltaron miles de globos blancos y azules que acompañaron al viento reinante sobre la ciudad.

Algunos de ellos iniciaron un ascenso vertiginoso hacia lo alto, mientras que otros se quedaban a merced de los que allí estábamos dispuestos a estirar los brazos. Es decir, que en un momento unos se definían en una nebulosa de puntos obscuros y distantes y los más cercanos eran simplemente eso, globos.

La gente que estaba allí comenzó a moverse, deambulando de aquí a allá, nosotros nos dirigimos a comprar helados.

Yo, la verdad, hubiese estado durante horas mirando alejarse los globos

5 comentarios

GreGori -

Además, acabo de encontrarle una ventaja suplementaria: aunque volando acabe también perdiendo el aire, por lo menos, como no lo presenciaremos, en nuestro recuerdo siempre será ese globo henchido y colorido que vimos despegar.
:-)
Besito!

buho -

Gregori:
Al final, es mejor dejarlos volar. Al globo, lo aferras se le va el aire y ya no luce, ya ni es globo ni nada. Mejor que vuele y que conserve su esencia: ser globo.
Un beso.

GreGori -

Dilema entre aferrarlos y que sigan siendo globos, o dejarles volar y que se conviertan en lo que de verdad son (o creemos que son)...

buho -

Hola Freewolf:
Un poco tarde, pero te respondo. Siempre me han gustado los globos, y ahora con mi hijo pequeño,encuentro nuevamente el placer de poderlos observar como intentar escapar de la mano que los guía.
Divagar,mientras sea de manera optimista genial. Pero los hay que divagan al contrario; y qué difícil es moverlos del sitio donde se han anclado; lo digo porque lo he vivido en mis carnes y tengo gente a mi alrededor a la que todavía debo ayudar a encontrar salidas, y es complicado si no se quieren dejar guiar, muy complicado.
Habrá que regalarles muchos globos.
Un beso.

FreeWolf -

Las nubes, las cometas, los globos... son catalizadores de la creatividad, la reflexión y la abstracción.
Miramos las nubes, jugamos con sus formas, las caras conocidas, las siluetas... regresamos al mundo infantil del juego veo-veo, permitimos que las cosas lleguen a nuestra imaginación tal cual son, sin que intervenga nuestra cuadriculada mente...
Las cometas... esa constante lucha de ir donde la lleve el viento o donde la quiere dirigir quien maneja sus hilos. Oímos su ruido, nervudo, atrevido, sesgado... y la ayudamos con nuestra mirada para que gire, y se voltee, y hasta se quiebre. Buen ejercicio de voluntad.
Los globos... saturadas gomas iridiscentes, arrumbados juguetes del viento... siempre alejándose de quien les otorgó la libertad... raudos se apartan de toda mano que los pueda aferrar, pero ahí permanecen como punto final de un dictado...
Ya ves, buho, como yo sin verlos, también he divagado...
Una sonrisa