BAILE
Bailan los días, baila la soledad y en la calle baila la carne voluptuosa, sobre un racimo de cristal que la mañana ha ido abandonando. Bailan los seres humanos que son felices, y a veces los que no lo son, pero en seguida se les nota su torpeza y falta de entrenamiento y de voluntad, bailan como si no creyesen el baile, el vuelo de los pies sobre el suelo, pájaros terrestres y luminosos. Bailan los fantasmas que cada cual lleva en mente, con más gracia que arte, entre las sombras que se extienden a través de los sentidos; bailan las lenguas y las frases y las palabras quedan sueltas y ligeras, ágiles como corredores de distancia corta, porque las palabras se cansan enseguida; y para distancias largas lo mejor es el silencio: llega más lejos.
Bailan las bocas trémulas ensayando besos artificiales, como cohetes de feria; bailan los dedos largos y huesudos, sobre el teclado de la mañana; bailan hasta extenuarse los pensamientos, absurdos y alocados, que se disuelven en el propio baile, como la belleza se disuelve en un paso, en un contrapaso, en una silueta, en el vuelo de una flada, en el cimbrear de una cintura, en el aleteo de unos brazos, en el despliegue de unos ojos negros o verdes. Un hombre o una mujer que bailan nunca están solos, ni dejan ningún recoveco para el odio o el miedo. Los seres que bailan inventan con su levedad, con su ir y volver a la tierra, de nuevo el paraíso, que no es más que una gran pista de baile, donde todos enseñan lo que son, y son lo que enseñan en el baile.
Felipe Juaristi
Bailan las bocas trémulas ensayando besos artificiales, como cohetes de feria; bailan los dedos largos y huesudos, sobre el teclado de la mañana; bailan hasta extenuarse los pensamientos, absurdos y alocados, que se disuelven en el propio baile, como la belleza se disuelve en un paso, en un contrapaso, en una silueta, en el vuelo de una flada, en el cimbrear de una cintura, en el aleteo de unos brazos, en el despliegue de unos ojos negros o verdes. Un hombre o una mujer que bailan nunca están solos, ni dejan ningún recoveco para el odio o el miedo. Los seres que bailan inventan con su levedad, con su ir y volver a la tierra, de nuevo el paraíso, que no es más que una gran pista de baile, donde todos enseñan lo que son, y son lo que enseñan en el baile.
Felipe Juaristi
6 comentarios
liz navarro -
buho -
Magda -
GreGori -
Buho -
Un beso
Corazón... -
Que bonito texto... Lo mas bonito de bailar es hacerlo al ritmo de la vida y, no dejar de hacerlo... Sentir cada nota de esperanza, de tantos buenos sentimientos, sin dejar marchar uno solo...
Bailemos sin parar!
Un besito Búho y feliz día...
;o)