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buho

PIPÍ

PIPÍ

Estaba sentada en el cuarto de baño cuando observó el bote de la tapa roja sobre el lavabo.

El abotargamiento propio de levantarse a las seis de la mañana le hacía andar a tientas muchas veces, más que nada, en rutina diaria y en esa ocasión como en otras, aposentó el trasero para vaciar la vejiga haciendo más liviana la presión de la barriga. Con los ojos vidriosos, contempló la cilíndrica figura que insinuaba su apertura ante el despertar paulatino del día.

-¡ Se me ha vuelto a olvidar!- pensó. ¡Pues tendré que ir al centro médico a dejarlo!

La empresa contrataba a un equipo médico para hacer la revisión anual a los trabajadores y ese día iban a recoger muestras de orina y sangre para los análisis clínicos. Y con el olvido, habría que desplazarse para completar el reconocimiento.

Haciendo cábalas de cuando podría ir a llevarlo llegó al trabajo donde un compañero le comentó que debido a un descuido con un bote que se había abierto, le habían hecho volver a mear en aquel momento.

Así que ni corta ni perezosa, agarró otro bote de los que todavía sobraban y se marchó al baño. En suspensión, así estaba el cuerpo intentando sacar líquido de donde no lo había, pero con la esperanza de depositar algunas gotas en el interior del recipiente transparente se empleó a fondo con creadas espectativas.

-Bueno, ¡a ver si llenó este chisme!

Y poco a poco, empezó a caer un líquido amarillo pardusco con cierto característico olor al que normalmente se le denomina pipí. Ambarino, fue dejándose deslizar desde el conducto del que procedía mientras la mirada le seguía en su camino. Vió como iba abandonando el cuerpo para ir al interior del bote, pero con la misma observancia se percató de que algo raro pasaba ya que aquel chisme no se llenaba.

-Pero, ¿qué pasa?. Estoy meando y esto no funciona.

Centró más los esfuerzos pero, para nada, siguió vacío el susodicho. Cuando terminó la micción, lo levantó y empezó a reirse sola. Se había olvidado dos veces y cuando va y lo hace, resulta que el bote estaba roto.

Fue a hacerse los análisis sin pis y al final, pasada toda la película, le dijeron que no importaba que no fuera el primer pis de la mañana y que si quería desayunase, después de sacarse sangre, para intentarlo de nuevo.

En conclusión,
botella de agua en ristre,
esperó ansiosa a reventar la vejiga,
para llenar orgullosa de pipí
aquella pequeña botija.

3 comentarios

buho -

Trini: Pues yo en muchas ocasiones me olvido de desayunar hasta bien tarde. Un día me va a dar un telele.
Besos
.......................
Anónimo: Me imagino que serás Selah. Pues fue algo que me pasó a mí no hace mucho. Imagínate mi cara cuando ví que el bote no se llenaba. De poema....
Besos

Anónimo -

jajajajajaja, yo trabajo en un centro de reconocimientos médicos, y me he sentido como en "casa" leyendo el post, jajajaja.
Encantada, gracias x tu visita en mi blog. Seguiré leyéndote. Besos!

Trini -

Odio hacerme análisis de cualquier tipo. Eso de no poder tomar café recién levantada no lo soporto.

Besos muchos y dele a tu "amiga" que la próxima vez se cerciore antes del proceso.