EL CRISTO
Subió las escaleras con el chiquillo detrás,
más cuando deslizó su andar sobre la piedra
estaba sola.
- Ven aquí, ¿dónde estás?
Sólo silencio retornó al oído.
Retornó sus pasos imaginando un escondite
en el que las risas albergaban
algarabías y sueños.
Salió del coro y allí, en un banco,
perlados los ojos de lágrimas,
lloraba la carita rosada de emoción embargada.
Y mientras le recibía en los brazos,
le preguntaba asombrada, que era lo que sentía
para temblar así el cuerpo y tililar el alma.
- No quiero entrar ahí. Tengo miedo- decía.
Se levantó ella, los lloros el pequeño renovando,
y se colocó ante la puerta interrogante
tratando de averiguar los motivos del llanto.
Sobre la pared situado, unos pies clavados,
estatua enorme de un Cristo con la piel sangrando.
Recordó el silencio de ella misma,
cuando niña veía cruces, y cerrando los ojos,
recorría el cuerpo las distancias, rápido,
para salir de la estancia donde allí se hallaba.
Lo sacó de la iglesia y durante varias noches,
su mente en sueños lloraba, mientras lo acunaban.
Pasará el mal sueño y con los años volará también
la angustia que tienes, al ver un clavado en la cruz.
Aunque yo siempre me pregunto
porque hacen estatuas tan grandes.
5 comentarios
buho -
Besos a todos
julio -
Un abrazo
Corazón... -
Pronto pasará esa impresión, encima tus mimos y cariños harán mas llevaderos esos recuerdos :)
Dale un beso a ese precioso angelito que anda por allí y dile que todo está bien :)
Saludos y feliz inicio de semana. Besos!
;o)
Darilea -
e incluso a los mayores según que estatuas o imágenes
nos impresionan
Besitos
Trini -
Si me llegó bien el e-mail, pero he estado fuera y no pude contestarte: la foto, ¡GUAPISSSÍMOOOO!
Besos muchos
bESOS MUCHOS